Cartagena La Heroica

Tomada de El Universal

Cartagena de Indias” cuentan los libros de historia que es tu nombre, más yo siendo hija tuya, con más de cinco décadas caminando entre tus viejas callejuelas cercadas por imponentes mansiones coloniales, llego a la plaza de la Aduana, camino por donde otrora se vendía a los negros africanos como esclavos, me arrodillo ante el altar del santo San Pedro Claver aún avergonzada por tan inhumana práctica, salgo y a sólo unas cuadras siento un escalofrío al pasar por la puerta de la casa de la Inquisición, siento los gritos de los torturados, el calor del fuego de las hogueras en donde quemaban a tus hijos herejes y nuevamente me embarga un sentimiento de vergüenza por lo que tuvieron que vivir nuestros antepasados, quienes también eran tus hijos. Salgo caminando rumbo a Getsemaní y obligadamente debo atravesar el Camellón de los mártires, homenaje del pueblo a sus Mártires de la independencia. ¿Mártires de qué? Me pregunto, mártires de la lucha por la libertad, hombres y mujeres masacrados porque deseaban ser nacidos libres todos ellos representados por unos pocos y en medio de éstos, la bella dama de mármol blanco que representa la libertad, y a cuyos pies se puede leer “Noli Me Tangere”. Camino por tus calles de Getsemaní, huele a África, huele a sangre sudor y dolor, pero con el paso de los años han llegado también olores a fruta y veraneras; al sonido de tambores cuerpos se menean en un trance que dice aquí estamos, aquí nos quedamos, de ti nos apropiamos, somos tuyos y eres nuestra. Subo finalmente a tus murallas observo el atardecer en el mar Caribe, el sol naranja ya casi se pone, la brisa acaricia mis cabellos, casi quinientos años después de ser fundada, una bandera tuya se hondea en lo más alto de esta fortificación, una bandera que dice ¡Entérate marino!, estás entrando al territorio de Cartagena y no soy de Indias ni de nadie, estás entrando a un territorio libre. ¡Esclava nunca más¡ Y yo, tu hija entiendo que no eres de nadie, eres de todos, eres la dueña de ese título que te dieron nuestros antepasados, “la Heroica” eres de ese título que te dio tu hijo adoptivo, Carlos Vives “La Fantástica”, eres de ese título que te doy yo ahora “Cartagena mi madre”.

*Escritora.